domingo, 3 de mayo de 2009

QUE ES LA RENOVACIÓN CARISMÁTICA


La Renovación en el Espíritu Santo, también llamada Renovación Carismática Católica, es como una realización a las plegarias insistentes que el Papa Juan XXIII, al impulso del Espíritu, elevó al cielo, desde la etapa preconciliar, año 1959, hasta la convocatoria del Concilio Vaticano II, año 1962 a 1965:
“...Renueva en nuestro tiempo los prodigios como de un nuevo Pentecostés ...”
¿Qué es la Renovación Católica en el Espíritu Santo?
a.- La Renovación en el Espíritu Santo, es una corriente de gracia que busca mantener viva la experiencia de Pentecostés, a partir del “Bautismo en el Espíritu”.


b.- Es la vivencia de comunidad cristiana, como fruto de haber tenido un encuentro personal con Jesús y el Espíritu Santo, para llegar con ellos a Dios Padre.

“Acudían asiduamente a la enseñanza de los Apóstoles, a la convivencia, a la fracción del pan y a las oraciones”.

c.- Es la formación de comunidades que viven con gozo la experiencia personal de salvación, expresada en cantos y oraciones espontáneas, realizando de esta manera lo que San Pablo les pedía a las comunidades:

“Recitad vosotros salmos, himnos, cánticos inspirados; cantad y salmodiad en vuestros corazón al Señor, dando gracias continuamente y por todo a Dios Padre, en nombre de nuestro Señor Jesucristo”.

d.- Es desarrollar una vida en el Espíritu viviendo la experiencia carismática, enunciada por San Pablo a los Corintos:
"A unos se les da hablar con sabiduría, por obra del Espíritu. Otro comunica enseñanzas conformes el mismo Espíritu. Otro recibe el don de fe, en que actúa el Espíritu. Otro recibe el don de hacer curaciones, y es el mismo Espíritu. Otro hace milagros; otro es profeta; otro reconoce lo que viene del bueno o del mal espíritu; otro habla en lenguas, y otro todavía interpreta lo que se dijo en lenguas. Y todo es obra del mismo y único Espíritu". (1a Corintios 12, 8-11)

Objetivos de la Renovación Católica en el Espíritu Santo
a.- Transmitir y ayudar a que cada persona tenga una experiencia profunda del amor personal e incondicional que Dios tiene por cada uno de sus hijos, porque es nuestro Padre.
b.- Promover una conversión personal, madura y continua a Jesucristo, Nuestro Salvador, Señor y Mesías.

c.- Propiciar una apertura decisiva hacia la persona del Espíritu Santo, su presencia y su poder.
d.- Fomentar la recepción y el uso de los dones y carismas del Espíritu Santo.

e.- Animar la obra de la evangelización en el poder del Espíritu Santo.

f.- Impulsar el crecimiento progresivo en santidad, con los Frutos y Virtudes del Espíritu Santo.

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