martes, 14 de julio de 2009

ROSARIO DE LIBERACIÓN


El Rosario de la Liberación comienza con la Oración Inicial y el Credo y termina con la Salve y la Oración Final. En cada cuenta del Padrenuestro, nosotros vamos a proclamar la Palabra de Dios: "Si, pues, el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres" (Juan 8,36).

ORACIÓN INICIAL
"Señor Jesús, te agradecemos que, Tú, por Tu misericordia y piedad, hayas suscitado esta oración poderosísima que produce frutos maravillosos de cura, salvación y liberación en nuestra vida, en la familia y en la vida de las personas por las que oramos.
¡Gracias, Jesús, por Tu infinito amor por nosotros! Padre Celestial, nosotros te amamos.
Padre con toda la confianza de hijos, nos acercamos a Ti en este momento y clamamos un gran derramamiento de Tu Espíritu en nuestro corazón.
¡Padre!, queremos vaciarnos de nosotros mismos para que el Espíritu Santo, pueda venir sobre nosotros. Por eso, delante de la cruz de Jesucristo, renovamos nuestra entrega total e incondicional a Ti.
Pedimos perdón por todos nuestros pecados y los colocamos ahora sobre el cuerpo llagado de Jesús.
Nosotros nos vaciamos de todas las aflicciones, preocupaciones, angustias y de todo aquello que nos haya quitado la alegría de vivir. Te entregamos nuestro corazón, en nombre de Jesús.
Padre, colocamos sobre las llagas de Jesús crucificado todas nuestras enfermedades del cuerpo, del alma y del Espíritu; las preocupaciones de y por la familia y el trabajo; los problemas de orden financiero, matrimonial y todas nuestras angustias y aflicciones.
Señor; que el poder redentor de la Sangre de Jesús venga sobre nosotros ahora para limpiarnos y purificar nuestro corazón de toda mala influencia.
¡¡¡Jesús, Ten piedad de mí!!! ¡¡¡Jesús, Ten piedad de____!!! ¡¡¡Jesús, Ten piedad de nosotros!!!
Sí, Padre, Te entregamos nuestras voluntades, flaquezas, miserias y pecados; nuestro corazón, cuerpo, mente, alma y espíritu, en fin, todo lo que somos y tenemos; nuestra Fe, vida matrimonial, familia, trabajo, vocación.
¡¡¡Llénanos con Tu Espíritu, Señor!!! ¡¡¡Llénanos con Tu poder y con Tu vida!!!
¡¡¡Ven, Espíritu Santo de Dios!!! ¡¡¡Ven, en nombre de mi Señor Jesús!!!
Ven y toma forma viva de nosotros, la palabra de Dios proclamada a través de la oración del Rosario de la Liberación y que Él opere en cada corazón la gracia de la cura, salvación y liberación, en nombre de Jesucristo, nuestro Señor, ¡¡¡Amén!!!

SE REZA EL CREDO

SI ORAMOS POR NOSOTROS MISMOS
En cada cuenta del Padre Nuestro:
Si Jesús me libera,
yo seré verdaderamente libre.
En cada una de las cuentas del Ave María:
¡Jesús, Ten piedad de mí!
¡Jesús, sáname!
¡Jesús, sálvame!
¡Jesús, libérame!

SI ORAMOS POR LA FAMILIA
En cada cuenta del Padre Nuestro:
Si Jesús libera a mi familia,
mi familia será verdaderamente libre.
En cada una de las cuentas del Ave María:
¡Jesús, Ten piedad de mi familia!
¡Jesús, sana a mi familia!
¡Jesús, salva a mi familia!
¡Jesús, libera a mi familia!

SI ORAMOS POR UNA PERSONA
Por ejemplo, José, lo harás así:
En cada cuenta del Padre Nuestro:
Si Jesús libera a (nombre de la persona por la que se pide liberación),
José será verdaderamente libre.
En cada una de las cuentas del Ave María:
¡Jesús, Ten piedad de (nombre de la persona por la que se pide liberación),!
¡Jesús, sana a (nombre de la persona por la que se pide liberación),!
¡Jesús, salva a (nombre de la persona por la que se pide liberación),!
¡Jesús, libera a (nombre de la persona por la que se pide liberación),!

SALVE
¡Dios te salve, Reina y Madre! ¡Madre de misericordia, Vida, Dulzura y Esperanza nuestra! ¡Dios te salve!
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, Fruto bendito de tu vientre.
¡Oh, clemente! ¡Oh, piadosa! ¡Oh, dulce siempre Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

ORACIÓN FINAL
Señor Jesús, Te pedimos perdón por todos nuestros pecados. Pedimos, además, en Tu Nombre a Dios Padre, que Él envíe el Espíritu Santo para que derrame en nuestro corazón el don de proclamar Tu Palabra, con mucha Fe y Confianza, a través del Rosario de la Liberación.
Te pedimos, Jesús, que Tu poder se manifieste en nuestra vida, que Tú realices milagros y prodigios a través de esta poderosísima oración de Fe que no es otra cosa sino la proclamación de tu Palabra.
Amén. ¡Aleluya!

Ahora que has terminado de rezar el Rosario de la Liberación, agradece a Jesús por las bendiciones que Él está derramando sobre ti y sobre aquellos por quienes estás intercediendo.
TEXTOS BÁSICOS USADOS EN EL ROSARIO DE LIBERACIÓN
Marcos 10, 46-52; Lucas 18, 9-14; Juan 8, 36; Isaías 53, 4-5.)
Podemos rezar el Rosario de la Liberación intercediendo por aquellos que el Señor coloque en nuestro corazón. Debemos, por lo tanto, rezarlo por nosotros mismos, para que seamos purificados en la Sangre de Jesús a través de la oración “¡Jesús, ten piedad de mí!” Solamente así seremos canales abiertos a la gracia de Dios.
Cuando se reza con el corazón y con Fe en el poder liberador y curador de la Palabra de Dios y del nombre de Jesús, la intercesión toca el corazón de nuestro Dios, porque se realiza en el nombre de Jesús y de acuerdo con la Palabra de Dios, y su efecto se hace sentir rápida y poderosamente.
Cuando rezamos: –¡Jesús, ten piedad de mí!– con Fe y pidiendo perdón por nuestros pecados, nosotros (o la persona por quien estamos orando) somos lavados por la Sangre de Jesús.
Cuando tú proclamas la Palabra del Señor con Fe y arrepentido de tus pecados a través de la oración –¡Jesús, ten piedad de mí!–, ciertamente, una victoria muy grande de Jesús, de su Sangre redentora y de su Palabra se manifestará en tu vida y en la vida de aquellos por los que tú has orado. ¡Jesús vivo te sanará, salvará y liberará!
¿No te parece –queremos insistir– que hay un poder muy grande en la oración del Rosario de la Liberación? Cuando estés orando este rosario, ¡proclamarás 205 veces el nombre de Jesús!
"Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos; y toda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor para Gloria de Dios Padre". (Filisteos 2,10-11).
“¡Todo es posible para quien cree!” Marcos 9, 23
Nota: Puedes rezarlo cuantas veces desees; pero, inicialmente, sería mejor rezarlo por lo menos una vez durante tres días seguidos. Se reza por una intención cada vez.
"Que Dios te bendiga y te guarde; que Yahvé haga brillar Su Rostro sobre ti y sea benigno contigo; que Dios te muestre Su Rostro y te conceda la Paz." Num 6, 22

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